Decisión de la Corte Suprea en el caso Loper Bright - ¿Qué es?

La decisión de Loper Bright explicada en lenguaje sencillo

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Imagínese usted la autoridad judicial de una corte federal. Se le ha pedido que decida sobre un caso relacionado con el reembolso de Medicare. La ley dice que los hospitales deben recibir reembolsos que reflejen “las diferencias en los niveles salariales de los hospitales” en diferentes “áreas geográficas”. El problema es que la ley no explica qué se entiende por “zonas geográficas”. ¿Es por ciudad? ¿Por pueblo? ¿Por estado? Afortunadamente, autoridades del Departamento de Salud y Servicios Humanos han hecho un excelente trabajo basado en sus conocimientos especializados para determinar qué debe entenderse por “zona geográfica”. Ahora tiene que elegir: ¿hace caso a lo que estas personas expertas han determinado cual es la mejor manera para definir “zona geográfica”? ¿O utiliza su propio criterio, basado en sus limitados conocimientos?

Previo al 28 de junio de 2024, las cortes federales tenían que atender los criterios de especialistas del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Esto se llamaba “deferencia Chevron”: cuando una ley no decía nada o no era explícita sobre un tema, la agencia federal creada conforme la ley podía llenar los espacio en blanco, siempre y cuando su criterio fuera razonable. Sin embargo, la Corte Suprema decidió anular la deferencia Chevron este pasado 28 de junio de 2024, con su decisión en el caso Loper Bright Enterprises contra Raimondo. Sin la deferencia Chevron, autoridades judiciales ahora pueden usar su propio criterio en lugar de atenerse a las recomendaciones de un organismo federal.

¿Qué importancia tiene esto? Después de todo, es cierto que las cortes todavía pueden recurrir a gente experta antes de tomar una decisión.

Pero no toda la gente “experta” es realmente especialista en temas concretos. Por ejemplo, nadie de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) diría públicamente que las vacunas causan autismo: esto porque saben a ciencia cierta que no es así. Pero hay varias personas supuestamente “expertas” que podrían decir lo contrario. Y ahora una corte podría optar por escuchar a una de estas personas, en lugar de especialistas en ciencia y medicina del NIH.

Otra preocupación muy seria tiene que ver con las políticas públicas. Recientemente, la normativa de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) sobre la mifepristona, un medicamento que salva vidas y puede utilizarse para interrumpir embarazos, fue impugnada ante un tribunal federal. Pero la Corte Suprema dictaminó que la impugnación había sido presentada por las personas equivocadas. Esto significa que la mifepristona está a salvo, por ahora. Pero sin la deferencia de Chevron, la próxima vez que se impugne la normativa de la FDA sobre la mifepristona, la persona en la banca de la judicatura podrá decidir por su cuenta si personalmente cree o no que es un medicamento seguro. El número de autoridades judiciales con un título de medicina o conocimientos avanzados en química es muy limitado. En su lugar, una corte federal tendrá el poder de crear nuevas políticas por su cuenta, no basadas en la ciencia.

Las agencias federales forman parte de la rama administrativa del gobierno. Responden directamente ante la ciudadanía. De hecho, si visita el Registro Federal, tiene derecho a dar su opinión sobre más de cien documentos de 50 agencias diferentes. Así es como el sistema fue diseñado para funcionar: la comunidad puede opinar sobre cada paso del proceso, desde las cualificaciones de las personas contratadas por las agencias federales hasta cada nueva norma o reglamento propuesto por una agencia federal.

Pero sin la deferencia Chevron, ese poder disminuye. En su lugar, las cortes, o la persona en la banca de la judicatura, tendrán la última palabra.

¿Qué podemos hacer ahora? Se podría reforzar las normas y reglamentos de las agencias federales frente a los desafíos post-Chevron. El legislativo y quienes proponen leyes podrían asegurarse de que todas las leyes a futuro sean redactadas explícitamente y con la mayor claridad posible. Un ejemplo de ello es la Ley de Enmiendas de la ADA. También podemos participar en la elaboración de normas a través del Registro Federal. Todes podemos escribir un comentario sobre las normas propuestas. Y, por último, podemos participar en el proceso democrático mediante la defensa de los derechos y con nuestro voto.

Puede que la deferencia Chevron haya desaparecido, pero nuestra voz colectiva seguirá siendo fuerte.