Soy puertorriqueña y soy autista. Eso es algo que no oyes todos los días. ¡Feliz Día de la Herencia Latine!

Mes de la herencia latine: Soy puertorriqueña y autista

Hola, soy Kayla María Rodríguez. ¡Feliz Mes de la Herencia Latine, mis compañeres latine! Soy puertorriqueña y soy autista. Eso es algo que no oyes todos los días. 

Entiendo por qué es posible que nunca hayas escuchado puertorriqueña (o latine) y autismo en una misma oración, pero sé que no soy la única autista puertorriqueña (o latine) en el mundo. Aunque a veces me sienta así. Creo que muches autistas puertorriqueñes (o latines) viven sus vidas sin el debido diagnóstico. Esto podría deberse a varias razones. La mayoría de investigaciones y diagnósticos de autismo van dirigidos a niños blancos.

Muchas personas BIPOC (afrodescendientes, indígenas y personas de color), incluyendo les autistas puertorriqueñes (o latine), viven sus vidas sin ser diagnosticades. Esto probablemente se deba a una falta de recursos económicos y al desconocimiento del autismo en grupos de otras razas y géneros.

Puerto Rico fue colonizado por España pero se convirtió en un territorio estadounidense en 1917. Con toda honestidad, detesto el hecho de que aunque Puerto Rico sea parte de los Estados Unidos, les puertorriqueñes hayan sido y siguen siendo tratades como ciudadanos de segunda clase. Aunque es un territorio estadounidense, las personas que viven en Puerto Rico no pueden votar en las elecciones nacionales, lo que realmente no tiene sentido para mí y detesto el concepto de territorios estadounidenses. Es colonialismo en su máxima expresión. Quieren reclamarnos como suyos, pero no les importa lo que pensamos o sentimos.

Aunque soy puertorriqueña, no nací en Puerto Rico. En realidad nací en Nueva York, aunque mi madre y padre nacieron en Puerto Rico. A pesar de que solo he visitado Puerto Rico algunas veces en mi vida entera, para mí es mi hogar y tengo mucho orgullo de Puerto Rico, su gente y su cultura. Mi orgullo de ser puertorriqueña fue mucho mayor después del huracán María.

La forma en que se arrojaron toallas de papel a la gente de Puerto Rico justo después del huracán María fue extremadamente doloroso. Sentí que le estaban dando el mensaje a mi gente de que “vayan a limpiar ustedes mismos este desastre, porque yo no ayudaré” y sentí que fue irrespetuoso.

Sin mencionar la poca asistencia que recibió Puerto Rico después del huracán. Realmente fue doloroso y tengo familiares que aún viven allí. Mi bisabuela murió justo después del huracán, pero afortunadamente el resto de mi familia está bien. Tengo miedo de regresar porque sé que parte de Puerto Rico todavía no se ha recuperado gracias a la falta de apoyo de esta administración y no quiero ver a la hermosa isla a la que llamo hogar, en ruinas. Quiero regresar algún día pero sé que nunca volverá a ser lo mismo y aquello me entristece.

Ahora bien, la intersección entre mis identidades como autista y puertorriqueña es interesante. A veces, siento que no pertenezco a ninguna de estas comunidades. Normalmente, en las reuniones de personas autistas, soy la única persona que se parece a mí. Ya sea en una reunión social o un espacio de defensa de los derechos, no veo a nadie que se parezca a mí. Casi siempre son espacios llenos exclusivamente de personas blancas y, a veces, en su mayoría exclusivamente llenos de hombres. La culpa la tienen la falta de diagnósticos de autistas latine, como lo mencioné antes, y el hecho de que autistas latines no son ni siquiera considerades como invitades a estos eventos, paneles, etc.

Del lado puertorriqueño de las cosas, siento que la mayoría de mi familia no entiende el autismo debido a la falta de conocimiento, recursos económicos y ableismo (la discriminación de personas con discapacidades y enfermedades mentales). También me cuesta mucho incluso reconocerme como puertorriqueña. Quizás debido a mi autismo, es muy difícil para mí aprender español. Lo he intentado durante años y siento que finalmente estoy progresando, pero he tenido dificultades para aprenderlo toda mi vida. Mis padres hablaban mucho español a mi alrededor, pero yo nunca aprendí. Debido a mi autismo soy tiquismisquis con la comida y no me gusta la comida asociada con Puerto Rico. Tampoco me gusta la música. 

No estoy criticando mi cultura. De hecho, creo que es hermosa y tengo orgullo de ella. Pero debido a que crecí en los Estados Unidos, me siento como una niña blanca cuando sé que no lo soy. Siento que Estados Unidos me ha blanqueado. Quizás también se deba a mi autismo. Me encanta ser autista y no tiene nada de malo serlo. Siento que no sería la misma persona sin ser autista y no quiero que me curen, den tratamiento o me impidan serlo. Sin embargo, las personas autistas tienen desafíos como todos los demás. No estoy del todo segura, pero tal vez mi autismo me hizo más difícil sentirme conectada con mi identidad puertorriqueña. Tengo cierta confusión porque me siento orgullosa de mis dos identidades, pero no me siento aceptada por personas de ninguna de mis dos identidades. 

Soy una persona de color; ser latina no es ser caucásica. Latine es una etnia que se ve expresada en la piel de todos los colores. Puerto Rico es mi hogar porque la gente se parece a mí y tengo familia allí. Es una parte de mí que no puedo negar, como ser autista, lesbiana y con una enfermadad mental. Me siento orgullosa de mis identidades y siempre las defenderé. 

Estoy cansada de que tan sólo el hecho de existir sea una declaración política. Estoy cansada de luchar para que me reconozcan como a igual con todas mis identidades puertorriqueña, autista, lesbiana y con una enfermad mental. Siento que veo racismo, ableismo y homofobia en el internet y en la sociedad todo el tiempo, no dirigido directamente a mi persona, sino a las identidades que personifico y estoy cansada de eso. Quisiera que la sociedad pudiera ver a personas como yo como a seres humanos. No somos menos que los demás, todes somos iguales. Seguiré defendiendo nuestros derechos, así que espero que esto ocurra algún día en mi vida.

He sido defensora de los derechos durante casi ya cuatro años, pero esta es la primera vez que escribo y / o hablo sobre mi experiencia como autista y puertorriqueña. Agradezco a AWN por darme esta oportunidad. A la comunidad autista / con discapacidades: por favor dejen de ser racistas. A las comunidades puertorriqueñes y latine, por favor dejen de ser ableistas. Deberíamos aceptarnos entre sí ya que sufrimos de opresión y marginación por igual. La sociedad necesita escuchar a estas importantes comunidades, así como a otras comunidades BIPOC, con enfermedades mentales y LGBTQIA +. Si podemos aceptarnos entre nosotres y celebrar lo que nos hace quienes somos, el mundo será un lugar mejor para todes.Si tiene alguna idea o pregunta, no dude en enviarme un correo electrónico a [email protected]